Monumento a Sadako Sasaki en Hiroshima, lugar del primer blanco civil
de las bombas atómicas estadounidenses, rodeado por grullas
de papel.
Niños japoneses le dedican un homenaje a Sadako realizando
grullas de papel
La historia fue tan impactante que trascendió los límites de
Japón,
convirtiéndose en un referente mundial de los movimientos pacifistas.
Es tradición en Japón el regalar un origami de grulla
a las
personas enfermas para desearles una pronta recuperación.
En 1958, se construyó en el Parque de la Paz en Hiroshima,
la estatua dedicada a Sadako.
En la base están escritas las palabras:
“Éste es
nuestro grito, ésta es nuestra plegaria; paz en el mundo”.
El monumento a
Sadako, representa a una niña
sosteniendo una grulla.
Cada 6 de agosto, día en que cayó la bomba sobre
Hiroshima,
los niños de la ciudad cuelgan grullas en el monumento para
transmitir un mensaje de paz.
Vista del Sadako Memorial. A los pies se pueden apreciar los
miles de grullas de colores por la paz.