Quiero compartir con ustedes parte de un artículo publicado por mi abuelo, dice así:
“.... El 20 de Abril de 1899 me despedí del Barrio de La Boca y me embarqué hacia Chubut. Al alba del 25 de Abril entrábamos a Golfo Nuevo. Pocas casas alrededor del muelle viejo. Así era Puerto Madryn.
Alrededor de las 20 horas llegó a Madryn el tren procedente de Trelew. Salimos a las 21 horas para llegar a Trelew a las 24. En aquel entonces, el tren solía ir a Madryn cuando se avisaba a Trelew que estaba entrando un barco. Se preparaba el convoy, y allá iba, a las pitadas.
Era pequeña la estación de Trelew. En andén sin techar, las ampliaciones llegaron después.
¿Y qué era Trelew? Un puñado, un puñadito de casas que casi podían contarse con los dedos de las manos.
A los pocos días de llegar, el 1º de Mayo precisamente, sin mayores contemplaciones, me mandaron a la escuela. Era la número 5. Estaba instalada en un modesto edificio de dos piezas ubicado en 25 de Mayo y Belgrano.
Trelew, sin agua y sin luz....
El agua la íbamos a buscar a la zanja o la traíamos del río. La cargabas y regresabas alegre y contento. No te importaba el trabajo, porque dentro de ti rumoreaba un sentimiento y susurraba un ideal...
La luz: lámparas de kerosene, velas o el candil criollo. Después ¡ Qué progreso! Las lámparas de Miller.
En 1907 se inició el alumbrado público. El primer farol fue colocado en Fontana y 25 de Mayo, iniciativa del intendente Joseph Jones. Medio pueblo asistió al acontecimiento.
El servicio de agua se estableció a iniciativa del intendente don Francisco Pecoraro en 1906, quien se comprometió a fondo para conseguirlo. Fue un gran progreso. Una calle lleva por eso, su nombre.
No era cuestión de buscar motivos de diversión refinada. Pero en verdad, nos divertíamos. Era a nuestra manera y a tono con el ambiente.
Un motivo de reunión era la llegada de la correspondencia, muy de tarde en tarde.
Cuando hacía escala un barco en Madryn, nuestro estafetero don William Pugh se ponía en movimiento, comenzaba a clasificarlas y la población se reunía ahí cerca, casi rodeándole. Era en la esquina de Fontana e Italia.
El viejo Pugh, comenzaba a llamar a los interesados. Uno por uno se acercaban a retiran lo suyo. ¡ Qué alegría para algunos y qué tristeza para otros!
Pero aún con la más o menos velada tristeza de unos, aquello nos reunía todos. Aún los chicos nos tomábamos la libertad de mezclarnos con los mayores y escuchar sus conversaciones...” “TRELEW DE MIS RECUERDOS” (Revista Argentina Austral)
ESTEBAN SAGLIETTO (inmigrante genovés)
Alrededor de las 20 horas llegó a Madryn el tren procedente de Trelew. Salimos a las 21 horas para llegar a Trelew a las 24. En aquel entonces, el tren solía ir a Madryn cuando se avisaba a Trelew que estaba entrando un barco. Se preparaba el convoy, y allá iba, a las pitadas.
Era pequeña la estación de Trelew. En andén sin techar, las ampliaciones llegaron después.
¿Y qué era Trelew? Un puñado, un puñadito de casas que casi podían contarse con los dedos de las manos.
A los pocos días de llegar, el 1º de Mayo precisamente, sin mayores contemplaciones, me mandaron a la escuela. Era la número 5. Estaba instalada en un modesto edificio de dos piezas ubicado en 25 de Mayo y Belgrano.
Trelew, sin agua y sin luz....
El agua la íbamos a buscar a la zanja o la traíamos del río. La cargabas y regresabas alegre y contento. No te importaba el trabajo, porque dentro de ti rumoreaba un sentimiento y susurraba un ideal...
La luz: lámparas de kerosene, velas o el candil criollo. Después ¡ Qué progreso! Las lámparas de Miller.
En 1907 se inició el alumbrado público. El primer farol fue colocado en Fontana y 25 de Mayo, iniciativa del intendente Joseph Jones. Medio pueblo asistió al acontecimiento.
El servicio de agua se estableció a iniciativa del intendente don Francisco Pecoraro en 1906, quien se comprometió a fondo para conseguirlo. Fue un gran progreso. Una calle lleva por eso, su nombre.
No era cuestión de buscar motivos de diversión refinada. Pero en verdad, nos divertíamos. Era a nuestra manera y a tono con el ambiente.
Un motivo de reunión era la llegada de la correspondencia, muy de tarde en tarde.
Cuando hacía escala un barco en Madryn, nuestro estafetero don William Pugh se ponía en movimiento, comenzaba a clasificarlas y la población se reunía ahí cerca, casi rodeándole. Era en la esquina de Fontana e Italia.
El viejo Pugh, comenzaba a llamar a los interesados. Uno por uno se acercaban a retiran lo suyo. ¡ Qué alegría para algunos y qué tristeza para otros!
Pero aún con la más o menos velada tristeza de unos, aquello nos reunía todos. Aún los chicos nos tomábamos la libertad de mezclarnos con los mayores y escuchar sus conversaciones...” “TRELEW DE MIS RECUERDOS” (Revista Argentina Austral)
ESTEBAN SAGLIETTO (inmigrante genovés)
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