El autor y director teatral argentino Hugo Midón, innovador del teatro para niños y maestro de varias generaciones de actores, murió hoy en Buenos Aires.
Egresado del Instituto del Teatro de la Universidad de Buenos Aires, fue uno de los más importantes creadores del teatro infantil, aunque su debut se produjo como actor en 1967 en la obra Los caprichos del invierno. Tres años después ya estaba poniendo sobre las tablas su primera obra, titulada La vuelta manzana, que estuvo diez temporadas consecutivas en cartel. Desde ese momento en adelante, continuó con su prolífica carrera, que incluye exponentes como Cantando sobre la mesa, El imaginario, Narices, El gato con botas, Vivitos y coleando y Locos ReCuerdos, entre otras.
Egresado del Instituto del Teatro de la Universidad de Buenos Aires, fue uno de los más importantes creadores del teatro infantil, aunque su debut se produjo como actor en 1967 en la obra Los caprichos del invierno. Tres años después ya estaba poniendo sobre las tablas su primera obra, titulada La vuelta manzana, que estuvo diez temporadas consecutivas en cartel. Desde ese momento en adelante, continuó con su prolífica carrera, que incluye exponentes como Cantando sobre la mesa, El imaginario, Narices, El gato con botas, Vivitos y coleando y Locos ReCuerdos, entre otras.
Midón recibió los premios Argentores en los años 1992, 1993 y 1994; el ACE en 1993, 1994 y 1999; y el Premio Nacional del Teatro (1994-1995). Asimismo, y en honor a su trayectoria, a partir del 2010 se entregan los Premios Hugo, a lo mejor del teatro musical.
"..hay un deseo de enseñar en cuanto uno vislumbra la palabra niño. Los adultos tenemos esa reacción inmediata: “tenemos un niño, podemos enseñarle algo”; y nunca, o pocas veces, uno ve un niño y piensa que puede aprender de él acerca de cualquier tema. Acercarse a un chico con esa intención, no de enseñarle; en todo caso, de aprender juntos. Ya se habla en algunas escuelas de aprender juntos, dialogar con el otro, y ver y respetarlo absolutamente al otro." (Hugo Midón, Junio 2006)
"..hay un deseo de enseñar en cuanto uno vislumbra la palabra niño. Los adultos tenemos esa reacción inmediata: “tenemos un niño, podemos enseñarle algo”; y nunca, o pocas veces, uno ve un niño y piensa que puede aprender de él acerca de cualquier tema. Acercarse a un chico con esa intención, no de enseñarle; en todo caso, de aprender juntos. Ya se habla en algunas escuelas de aprender juntos, dialogar con el otro, y ver y respetarlo absolutamente al otro." (Hugo Midón, Junio 2006)
"A mí me parece que las cuestiones básicas, lo que tiene que ver con lo humano, no cambió tanto. Las necesidades afectivas siguen siendo más o menos las mismas.
El teatro es algo alternativo que no tiene que competir con la televisión, ni tiene porque subirse a la tecnología para ser atractivo. El teatro se parece más a la naturaleza. Los chicos usan la tecnología pero se bañan en el mismo mar en el que nos bañábamos nosotros y las montañas siguen siendo las mismas.Es decir, por un lado hay un desarrollo de lo tecnológico que es muy bueno para algunas cosas y que los chicos manejan cotidianamente, pero también hay una serie de cuestiones básicas del ser humano que se mantienen vigentes. Dejarlas de lado no tendría mucho sentido.En ese sentido, trato de mostrarles lo otro, lo alternativo, en lugar de “mirá lo extraordinario que es Internet” -que probablemente ya lo sepan- les digo “mirá lo extraordinario que es el mar”. (Midón, Agosto 2007)
El teatro es algo alternativo que no tiene que competir con la televisión, ni tiene porque subirse a la tecnología para ser atractivo. El teatro se parece más a la naturaleza. Los chicos usan la tecnología pero se bañan en el mismo mar en el que nos bañábamos nosotros y las montañas siguen siendo las mismas.Es decir, por un lado hay un desarrollo de lo tecnológico que es muy bueno para algunas cosas y que los chicos manejan cotidianamente, pero también hay una serie de cuestiones básicas del ser humano que se mantienen vigentes. Dejarlas de lado no tendría mucho sentido.En ese sentido, trato de mostrarles lo otro, lo alternativo, en lugar de “mirá lo extraordinario que es Internet” -que probablemente ya lo sepan- les digo “mirá lo extraordinario que es el mar”. (Midón, Agosto 2007)
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