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martes, 10 de mayo de 2011

ESPACIO PARA ADULTOS: Pinocho es mucho más que un cuento para niños.

Ilustración de Enrico Mazzanti para la primera edición de Las aventuras de Pinocho (1883)

El cuento de Pinocho es la historia del alma humana en su viaje de evolución espiritual. Pinocho es creado bajo la influencia de dos personajes, uno masculino y otro femenino.
Es tallado por el carpintero Geppetto, y el Hada Azul le da vida. Ella elige a un grillo llamado Pepito y le encomienda una misión: permanecer junto a Pinocho y ser su conciencia.
El mayor deseo de Geppetto es que Pinocho llegue a ser un niño de verdad, y sabe que su deseo sólo puede hacerse realidad si Pinocho aprende y crece, por lo que lo envía a la escuela. (nuestro desenvolvimiento es un proceso de aprendizaje permanente).
Pinocho sale al mundo cargado de propósitos, con el anhelo profundo de convertirse en algo superior: en un niño de verdad. Pero cuando sale al mundo surgen los problemas. Haciendo uso de su libertad recién descubierta, Pinocho toma algunas decisiones equivocadas, y sucumbe ante la tentación del orgullo.
A pesar de las protestas de Pepe Grillo, elige a una compañía de circo ya que la característica fundamental del alma es el libre albedrío que podamos en cada momento elegir. En su representación teatral Pinocho recibe grandes aplausos, y está muy contento, pero después de la actuación lo encierran en una jaula.
El Hada Azul acude a él, preguntándole la causa de su encierro, y Pinocho intenta justificarse ante ella diciendo mentiras; pero con cada mentira que dice le crece la nariz. Entonces Pinocho descubre que el mal no puede ocultarse, y reconoce sus errores con honestidad, arrepintiéndose de ellos. El Hada entonces le libera y recibe otra oportunidad.
Pepito Grillo está decidido ayudar a Pinocho a no salirse del buen camino, pero tardan poco en presentarse nuevas tentaciones. Vuelve aparecer Juan el Honrado, que le invita a la Isla del Placer, un lugar donde los niños pueden divertirse todo el día y satisfacer todos sus deseos. Pinocho no puede resistir la atracción de viajar a la Isla y se une al grupo.
Y ocurre que cuando Pinocho y los demás niños llevan en la Isla demasiado tiempo, empiezan a convertirse en burros y a olvidarse incluso de hablar. Lo mismo pasa con el alma humana, cuando se embrutece por la indiferencia y la satisfacción permanente del deseo; se olvida de quién es y de cuál es su misión.
Pero Pinocho se da cuenta a tiempo. Cuando descubre que les están saliendo orejas y rabo de burro, se dirige a Pepito Grillo para pedirle ayuda. Esto le salva, porque Pepito Grillo sabe cómo puede escaparse de la Isla.
En cuanto están libres empiezan a buscar a Geppetto. Vuelven a su casa y descubren que ha desaparecido; ha ido a buscar a Pinocho.
Pinocho recibe indicaciones sobre el paradero de su padre. Podrá encontrarlo en el fondo del mar, en el vientre de una gran ballena que se tragó la barca de Geppetto (El animal marino es un antiguo símbolo de la reconciliación del espíritu y la materia). Así, el cuento nos dice que encontraremos nuestra inspiración espiritual, nuestra verdadera naturaleza, en nuestro propio yo, en el fondo de nosotros mismos.
Cuando Pinocho y Pepito Grillo buscan a Geppetto en el mar, los traga la misma ballena. En el vientre de ésta tiene lugar una alegre reunión de Pinocho con su padre, pero pronto se dan cuenta que deben escaparse para seguir juntos a la luz del día y en tierra firme. Dicho de otro modo, nuestro viaje espiritual no termina cuando empezamos a reencontrarnos con nuestras profundidades espirituales en nuestros sueños o en nuestras meditaciones. El paso siguiente es llevar este estado superior de la conciencia a la vida diaria, y eso suele ser lo más difícil.
En el cuento, Pinocho tiene un plan. Se le ocurre un modo de escapar, que requiere mucha fuerza y valor, y lo consigue. Pero cuando están en medio del mar, Geppetto parece que se va ahogar y Pinocho se sacrifica para salvarle y esta es precisamente la clave, lo que le va hacer merecedor de ser un niño de verdad; EL AMOR DESINTERESADO. Cuando la necesidad del otro es más importante que la mía, cuando “yo” dejo de ser yo y el centro de mi vida y me detengo en lo que le ocurre al otro.
Al volver Geppetto en sí en la playa, se encuentra a su lado el cuerpo sin vida de su hijo. Muy afectado, se lo lleva a casa y lo deposita en la cama. Pero la acción de amor del niño le ha hecho merecedor de ser un niño de verdad. Este resucita y se cumple así su destino; ser un niño verdadero.

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