En sus obras aparecieron imágenes que muchas veces no tenían relación entre sí, que componían el mundo interior del artista y lo que él quería expresar.
En las obras surrealistas puede aparecer un tenedor con un ropero, o un hombre con cabeza de manzana.
Berni cambiaba los tamaños y los colores y los ubicaba donde, en la realidad, jamás llegarían a estar juntos. Creaba espacios raros, espacios imaginados y soñados.