Educar es lo mismo
que ponerle un motor a una barca,
hay que medir, pesar, equilibrar,
y ponerlo todo en marcha.
Pero para eso
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta
y un kilo y medio
de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar
que ese barco, ese niño,
mientras uno trabaja,
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hasta islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra barca,
en esos barcos nuevos
seguirá nuestra bandera enarbolada.
F. Gainza
FELIZ DÍA PARA TODOS LOS MAESTROS Y EN ESPECIAL PARA LOS DEL MARÍA CURIE!
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