Capítulo 6: BIGOTE DEBE INVESTIGAR
La noche siguiente, antes de irse a cantar, Bigote pasó frente al espejo y vio que había perdido la cola. No se preocupó ni un poquito: trepó a la biblioteca y sin romper nada sacó del florero otra “cola de zorro”. Marta lo vio y ella misma le pintó la cola con esmalte y se la pegó. Llegó a la baranda del puente, todos estaban allí, entonces habló Ronco:
-Bigote no puede estar ni una sola noche más entre nosotros.
-¿¿¿Por qué???-gritaron los demás gatos.
-Bigote no es un gato verdadero, le falta la cola-siguió Ronco.
-¡Pero si Bigote tiene cola!- dijo el bueno de Bruno defendiéndolo.
Bigote no tuvo tiempo de responder porque Ronco pegó un salto y le mordió la cola. Bruno, Negro, Miela y Laralá miraron asombrados a Ronco que tenía la cola de Bigote entre los dientes. Todos miraron a Bigote, que en el lugar donde debía estar su cola, ya no había nada.
-¡Quiero explicaciones!-maulló Laralá enojada.
-Es cierto-contestó Bigote- Soy un gato sin cola. Y cada vez que los demás lo descubren, me echan. Yo ya me había acostumbrado a andar siempre solo, hasta que una noche los escuché cantar. Me gustaron tanto las canciones, que sólo pensé en unirme al coro. Tenía miedo que no me dejaran entrar al ver que no tenía cola. Por eso, me pegué una cola falsa.
-¡Es un farsante! ¡Debe ser mezcla de perro! ¡Yo he visto miles de perros sin cola! ¡O quizá sea mezcla de hipopótamo! ¡Que se vaya!
Bigote-habló Laralá-yo te hubiera aceptado sin cola; la cola no tiene nada que ver con la voz. Pero ahora no puedo. Ahora quiero que te vayas y vuelvas con una cola verdadera o con la historia de los gatos sin cola. ¿Volverás pronto con una buena historia? ¡No quiero colas falsas! Y ahora ¡ándate, que tenemos que seguir cantando!
Bigote sintió ganas de llorar. Caminó por la ciudad hasta que se largó a llover. Buscando refugio se metió en un cine.
-¡Fuera de acá! ¡Este no es un refugio para gatos mojados!-gritó el guardia.
Bigote asustado se metió tras unas cortinas y apareció en una sala oscura. Al fondo había una película en donde un gato viajaba en un bote. El gato parecía de verdad, también el bote y ni hablar del agua del río que hasta hacía ruido .De pronto el gato de la película cayó al agua pidiendo auxilio.
Bigote pensando que todo esto era verdad saltó a la pantalla del cine para salvar al gatito, pero lo único que logró fue pegarse un golpe contra la pantalla.
El público se asustó y gritó:-¡Hay un gato en la sala!
La luz del cine se encendió y en lugar de un guardia, aparecieron tres.
Los guardias estaban a punto de atraparlo cuando escuchó un maullido y alguien que le decía:
-¡Por acá hermano! Era un gato flaco muy viejo ¡Tirate acá!-dijo levantando una madera del escenario y los dos desaparecieron bajo tierra ante las miradas de los guardias.
-Saltaste para salvar la vida de un ¬pariente-dijo el gato viejo-sin ponerte a pensar si era o no un gato de verdad. Por eso te ayudé. Ahora seguí ese túnel y volverás a la calle.
-Gracias-maulló Bigote.
-Te faltará cine-respondió el gato viejo-pero no te falta coraje y ni valentía.
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