EL CAPÍTULO DE HOY TUVO ALGO DIFERENTE:
NORMA FUE LA ENCARGADA DE NARRAR LAS AVENTURAS DE ALICIA
CUANDO SE ENCONTRÓ CON LA ORUGA.
¡GRACIAS NORMA, HASTA OTRA NUEVA LECTURA!
LA ORUGA AZUL
¡te gustaría saber lo que pasó a Alicia después que se alejó del cachorro?
La verdad es
que era un animal demasiado grande, ¿no lo crees?, para jugar con ella. (seguro
que a ti no te gustaría mucho jugar con un hipopótamo joven ¿verdad? ¡Estarías
pensando todo el tiempo que te iba a dejar como una tortilla con esos pies
enormes y pesados!). Así que se marchó corriendo mientras él estaba distraído.
Estuvo andando sin rumbo, y no sabía qué podía hacer para volver otra vez
a su tamaño normal. Sabía que tendría que comer o beber algo: ya sabemos que
ese era el sistema habitual, ¿lo recuerdas?, pero no se le ocurría qué hacer.
Sin embargo, pronto se encontró ante una gran
seta, que es un hongo, tan alta que para ver la parte de arriba tuvo que ponerse
de puntillas. ¿Y qué crees que vio? ¡Una cosa con la que estoy seguro que tú no
has hablado en toda tu vida! Una gran oruga azul.
La oruga tenía un extraño aparato delante suyo, un «narguile», y sirve
para fumar. El humo salía por ese tubo largo que se enrollaba como una
serpiente.
¿Y de qué hablarían Alicia y la oruga?
Alicia le explicó lo desconcertante que era eso de andar cambiando de
tamaño.
Y la oruga le preguntó si le gustaba el tamaño que tenía en ese momento.
Alicia le respondió que le gustaría ser un poquitín más grande –¡tres
pulgadas es una estatura tan raquítica! (marca en la pared tres pulgadas, más o
menos el largo de tu dedo y verás la estatura que tenía Alicia).
La oruga le dijo que un lado del hongo le haría crecer, y el otro le haría
achicar.
Así que Alicia tomó dos trozos de hongos, y dándoles mordisquitos
consiguió ponerse de un tamaño bastante adecuado antes de ir a visitar a la
duquesa.
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